Supongo que la fotografía del apéndice, habrá provocado algún que otro gesto de repulsión, de modo que, para compensar, he decidido publicar algo mucho más estético. El mundo natural está lleno de imágenes fascinantes que esperan ser captadas y que, además de hacernos disfrutar simplemente por su belleza, pueden darnos motivos para implicarnos algo más activamente en la conservación de nuestro planeta.
Visitar una colonia de frailecillos es una experiencia fascinante que, si sus poblaciones siguen decreciendo al ritmo al que lo hacen hoy, podría ser algo del pasado. Echadle un vistazo al amigo y pensad si vale la pena que siga existiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario